pepe dixit

30 septiembre, 2006

8 Las paredes blancas

Llevo cosa de tres semanas enfrentado a una pared en blanco y creo que esta vez he llegado a dónde tenía que llegar. Hace cosa de un mes me planteé un problemilla que se desvía bastante de mis líneas de trabajo habituales por lo que carezco de la experiencia y de recursos para resolverlo pero en el que me paetece trabajar. Me pasé dos semanas leyendo sobre sus fundamentos teóricos y ensayando caminos ya recorridos por otros, y por lo tanto relativamente documentados, que me permitiésen aprender y comprender la naturaleza del problema, al tiempo que le daba vueltas a las posibles vías comerciales y de financiación. Luego hice lo que siempre hago cuando no encuentro la solución a un problema de forma más o menos inmediata, o cuando a pesar de tener una idea más o menos general de lo que quiero y de lo que puedo hacer no encuentro la forma de llevarlo a la práctica (que es el caso): Contemplo una pared en blanco (metafóricamente hablando, claro). Lo hago durante varios días, simplemente miro el problema pero no pienso en él, solo miro y espero, hasta que finalmente, de forma natural, aparecen puertas en esa pared y con ellas caminos para abordar el problema. El periodo de contemplación es variable y aunque otras veces he necesitado más tiempo tengo la sensación de que la inspiración esta vez no va a venir a visitarme y voy a ser yo el que tenga que ponerse a trabajar lo cual me disgusta bastante porque se que eso no es si no una forma de ir totalmente a ciegas.

Siempre he confiado en esta forma de resolver los problemas, y no solo los profesionales. El caso es que por primera vez me planteo si no voy a tener que cambiar de actitud y enfocar los problemas de otra manera porque las ideas felices ya no surgen como antes. Hay un indicador muy elocuente: Trabajo con cuadernos, en ellos escribo, o al menos solía hacerlo, todo lo que se me pasa por la cabeza. Normalmente un cuaderno me duraba un par de meses y en el había anotaciones de todo tipo, desde me gusta fulanita hasta la lista de la compra. El último cuaderno lo empecé en febrero de este año y lo acabé a finales de agosto, lo he usado poco, y, revisándolo, encuentro que solo hay anotaciones relativas a los dos o tres proyectos en los que he trabajado este año y muchas acotaciones del tipo "Esto no funciona", "No sale nada", "¿Por qué, por qué, por qué, por qué?" Pero, ninguna tontería o idea rocambolesca. Y de esas antes abundaban.

Hay algo que no funciona y que está fuera de su sitio. ¿El qué?

26 septiembre, 2006

6 Cuestión de cantidad

Hay un montón de normas y convencionalismos que regulan nuestra convivencia. Se prohíben, censuran o constriñen ideas, conductas, hábitos y maneras que pero en ningún sitio he encontrado nunca alguna norma que prohíba o al menos reconvenga, ni siquiera tácitamente, la estupidez. Soy consciente que de haberla el 99% de la población con una edad sueprior a los 5 años estaríamos proscritos. Imagino que en parte es por ello por lo que no existe tal norma, no sería práctica.

23 septiembre, 2006

5 La paradoja del problema final

Yo quería escribir sobre Darth Vader, pero me han recomendado, por mi bien, supongo, que no lo haga. De hecho, el pasado jueves, cuando me senté a hacerlo me apagaron el ordenador y me echaron a la calle, a pesar de que estaba lloviendo, y, por si fuese poco después me hicieron pagar la cañas. Hoy, libre de la supervisión de mi, en ocasiones, sensato consejero, he pensado que si no es conveniente que hable de Darth Vader tal vez pueda hacerlo del Profesor Moriarty, que, como villano malvado siempre me ha gustado mucho más que el del casco oscuro, aunque reconozco que no puede superar en ningún caso a Vader cuando este dramáticamente revela que "Yo soy tu padre" (Pero solo en este caso, en los demás Moriarty aventaja con creces a Vader)

Hasta donde yo conozco, no he leído toda la obra de Conan Doyle relativa a Holmes, Moriarty solo aparece en un relato que se titula "El problema final", sin embargo la televisión y el cine han elevado al profesor a la categoría de archienemigo de Holmes, tal vez porque en ese relato Moriarty acabe con la vida del héroe, tal vez porque el imaginario, o el ego, colectivo, ávido de héroes en los que reconocerse exija rivales, villanos, (No quiero emplear la palabra antagonista porque tiene demasiados matices y connotaciones como para que el ego colectivo sea capaz de comprenderla, por ejemplo el antagonista no tiene porque ser necesariamente malo, aunque eso si, está condenado a perder), malvados, muy malvados, por supuesto, capaces de llevar al héroe (y por lo tanto al ego en el reconocido) más allá de sus propios límites, allí dónde nadie creía que pudiese llegar, para al final acabar saliendo triunfante y victorioso. Son esos Holmes y Moriarty los que mi interesan, no los de Conan Doyle, sino los reconocidos por el imaginario colectivo, tal y como pintan las cosas actualmente, Moriarty, estaría sin duda dentro de ese eje del mal preconizado por la administración Bush, que son una versión muy simplificada, hasta el maniqueísmo, de los personajes originales.

Me interesan, y mucho, por el hecho de que a pesar de las aviesas intenciones de Moriarty, este es un genio creador frente a Holmes, que, aunque encarne le bien y a lo que "debe de ser" (Hablando siempre de los personajes que orbitan en el imaginario colectivo), no deja de ser un genio destructor. Moriarty propone, imagina, crea, transgrede y actúa. Holmes simplemente lo hecha todo abajo. Claro, hay que ser muy listo, un poco más que su pérfido rival, y estar respaldado por sólidos ideales, para poder echarlo todo abajo, pero, a fin de cuentas, lo único que hace es echarlo todo abajo ("All in all, you're just another brick in the wall" cantaba Pink Floyd en una canción). Sin embargo el admirado e idolatrado es Holmes, no Moriarty. La paradoja me resulta muy llamativa, significativa... también.

Decía Borges que él podía mejorar cualquiera de las páginas del Qujiote, le respondía Torrente Ballester que estaba convencido de ello y que también hubiesen podido hacerlo Quevedo, Lope y alguno que otro más, pero que ninguno de ellos, Borges incluido, hubiese sido capaz de crear el Quijote. Que yo sepa Borges y Torrente Ballester nunca discutieron cara a cara sobre este punto, si no que hicieron esas afirmaciones en foros y en momentos distintos. En este caso no puedo dejar de identificar a Cervantes con lo que representa Moriarty y a Borges con lo que asumimos en Holmes. Evidentemente a nadie se le escapa que, literariamente, Borges tiene tanto de Moriarty como de Holmes, igual que Cervantes y en general cualquier persona creativa (¿No lo somos todos acaso en potencia?). Esa es la paradoja, para crear es necesario destruir, para como el Fénix, volver a renacer, volver a crear y volver a morir.

Es imposible ser Moriarty a perpetuidad pero, si es posible ser Holmes por siempre. Sin embargo es desastroso, martillo en mano y con las orejeras puestas, vivir hasta el final tras la estela de Holmes destruyendo aquello que no comprendemos o no compartimos. A pesar de ello e ¿inexplicablemente? Holmes sigue siendo el favorito.

17 septiembre, 2006

1 Prioridades y el rumbo de tu vida

Ahora que casi todos los que en su momento formamos un grupo de amigos están casados y son o piensan ser ser papás prudentes y responsables deudores de una hermosa hipoteca, experimento la sensación de no pertenecer ya al mundo que ellos habitan. Ya no nos vemos más que de vez en cuando y en ocasiones muy señaladas y la última vez que acudí a tan ínclito acontecimiento me encontré frente a diez personas en las que si bien físicamente yo reconocía a mis amigos sus palabras y sus modos me hacían pensar que los recuerdos que de ellos yo tenían eran tan solo fantasías mías de un mundo feliz que nada tenía que ver con la cruda realidad a la que me enfrentaba. Indicios de que algo estabacambiando venían sucediéndose en los últimos tiempos pero aquel día inmerso, entre pasmado y aburrido, en conversaciones relativas a la calidad de la cunas, ropa para niños, proyectos de vacaciones familiares, niño para arriba, niño para abajo, trabajo va, trabajo viene, me pagan poco, me pagan mucho... me di cuenta de que yo definitivamente había dejado de pertenecer a aquel círculo. No es que ya no te ajunte, pero si es que me interesa bastante poco lo que me cuentas, y asumo que el sentimiento es recíproco, o al menos lo sospecho.

Lo sospecho porque ante una perorata relativa a las características y precios de las sillas de paseo para el niño (niña en este caso) yo me quedo sin palabras, y cuando hablo acerca de alguno de los proyectos en los que ando trabajando o que quiero poner en marcha me responden con risitas y chistes, muy manidos ya porque son los de siempre (Al parecer hay dos opciones: O algún día hago saltar el planeta por los aires o bien acabo en un manicomio), para acto seguido volver al tema de las sillas de paseo, o plantear unas vaciones en común todos juntos(¡Dios mio que horror!), o, todavía peor (y parecía imposible), entrar en un eterno lamento relativo a lo poco que me pagan para lo mucho que trabajo y las posbilidades de promoción laboral que ahora mismo se me ofrecen, porque claro hay que pensar muy bien lo que vas a hacer no sea que te equivoques y al final te encuentres peor de lo que estas ahora.

Mi versión de los hechos es más o menos la que sigue:

Me importa un rábano si te pagan mucho o te pagan poco, y no es que no me preocupe por tí, es que si no estás conforme con tu situación laboral cámbiala, y si no lo intentas siquiera, entonces no te quejes. Me importa menos todavía si sales de trabajar todos los días a las nueve de la noche, a mi, y a otros muchos, eso también nos pasa a veces. Ni sé ni quiero saber dónde crees que vas a estar dentro de cinco años, ocúpate del aquí y del ahora y no pierdas el tiempo con tonterías. No tengo ningún interés en saber si tal o cual sillita de paseo es más o menos funcional o si has decorado de tal o de cual manera el baño y desde luego no necestias mi aprobación ni mi aplauso por ello.

¿Tienes todas tus necesidades básicas cubiertas? ¿Tienes a alguien que te quiere, puedes pagar tu casa y lo que te cuesta vivir todos los meses y tienes salud? (La respuesta en todos lo casos es si) ¿Entonces por qué te preocupas por todas esas tonterías? Disfruta con tu trabajo y si no puedes hacerlo cámbialo, compra la silla que más te guste, decora el baño como más te apetezca y deja de preocuparte por lo que los demás puedan pensar. Entiende que es más importante, básicamente porque vas a tener que hacerlo todos los días de tu vida, tener un puesto de trabajo del que puedas disfrutar que un puesto de trabajo importante pero que te aburra o no te guste, asume que la seguridad es una ficción, una quimera que no existe y no te preocupes por ello, y finalmente deja de decir chorradas y acuérdate de que siempre que nos hemos ido de vacaciones todos juntos hemos vuelto peleados. Y ya, llegados a este punto, mira a ver si de paso podéis volver a hablar de ideas, de proyectos y de ilusiones. De mujeres fatales y de mujeres normales, de cosas sensatas y de cosas estúpidas pero divertidas. De libros no, porque nunca lo habéis hecho. A ver si dejais ya de comentar escandalizados que el año pasado cuando volvimos al hotel a las 5 de la mañana yo me bañé desnudo en la piscina y reconocéis que os hubiése gustado hacerlo pero que recurristeis al bañador para esconder esa estampa barriguda que os avergüenza. En fin, que a ver si volvéis a cogerle el gustillo a eso de vivir.

En algún momento su mundo torció a la derecha y el mio giró a la izquierda. Le pregunté a mi padre si mi versión era correcta y si a todo el mundo le pasa eso en algún momento. Me contestó que en general llegado un momento las personas se hacen mayores, maduran, asumen responsabilidades y afrontan la vida de otra forma y sus prioridades cambian. Y que, aunque a mi me puedan parecer ridículas y no sea capaz de entenderlas, la vida te ofrece otras muchas satisfacciones además de las que yo conozco y de las que yo participo, pero que yo no debo de preocuparme por eso porque dada mi incapacidad para tener una relación estable con alguien del género femenino es poco probable que me llegue a ocurrir.

El fin de semana pasado volvimos a coincidir todos. Los que viven fuera vienieron y los que vivimos aquí no nos fuímos. Me llamaron a eso de las 10 de la noche del viernes, estaban ya todos reunidos y querían saber cuándo iba a llegar por esperarme allí dónde estaban o cambiar de sitio. Puse una excusa muy tonta y emplacé el encuentro para el día siguiente. El sábado volví a hacer lo mismo solo que esta vez el aplazamiento fué sine die, para la próxima vez que volvamos a estar todos disponibles, que vaya usted a saber cuándo será... Bien pues ese día parece haber llegado. Dentro de tres semanas Sergio, mi compañero de piso, le gusta hablar de mujeres fatales y cuando le hablan de cunas contesta con un lacónico "Ya", quiere inagurar con una cena o algo parecido nuestra nueva casa (Nos cambiamos la semana que viene). A mi la perspectiva de meterlos a todos juntos en mi casa me asusta, de pocos en pocos todavía los manejo y consigo que no se hable de cunas y de hipotecas, pero con todos a la vez no hay nada que hacer. Me da pavor no poder irme cuando me empiece a aburrir.

Una ligera desviación. Un pequeño error

Según mis cuentas yo creía que estábamos en el instante 587629991 de la era de Pepe, algunos ególatras como yo adoptamos, entre otras cosas (por ejemplo estoy negociando que me permitan acuñar mis propios euros aunque, por ahora, el banco central europeo se muestra ligeramente reticente), nuestro propio sistema de medida del tiempo. En mi caso porque el convencional me parece aburrido y bastante vulgar, en el de otros no puedo dar razones porque las desconozco, cada ególatra es distinto de los demás. Tenía alguna sospecha de que tal vez fuese un poco desviado así que en un momento he revisado los cálculos y he encontrado que en realidad nos encontramos en el instante 1836311903, bastante lejano del 587629991 que yo tomaba por aproximadamente correcto. Por algún motivo el tiempo se me ha escapado de las manos (Tempus fugit, decían los romanos). Todo comenzó el día que en vez de contar 514229 conté 514283, no lo sé, tal vez tuviése prisa por ver pasar el tiempo, quizás solo me despisté al sumar. Es un error pequeño que a estas alturas debería de habernos conducido a una desviación mediana como yo suponía, sin embargo he encontrado que hay más errores, uno muy grande según el cual 63252772 + 39092363 son 45418135 (¿Alguien lo entiende?), que hacen que a estas alturas ya no sepa ni en que día vivo.
El tiempo está loco. El mundo también.
Estoy pensando en una manera de corregirlo. Creo que tendré que empezar a contar de nuevo.

11 septiembre, 2006

376613949 Y yo me pregunto...

(Y ya sé que no soy el primero que lo hace)

¿Cuánto de lo que hacemos, pensamos o decímos es original y cuánto es una simple copia y repetición de patrones ya establecidos?

¿Cómo de oiginal piesnsas que eres y cómo de original eres en realidad?

¿Hatsa dónde llega tu independencia y dónde empiezas a comportarte de forma gregaria?

¿En qué radica tu originalidad?

03 septiembre, 2006

211016042 Fiebre

Llevo unos cuantos días muy anodinos, harto de leer, trabajando poco, hablando menos, sin ganas de hacer nada y casi casi limitándome a ver pasar el tiempo. Al final como todos los años por estas fechas el remate ha sido la fiebre: 38.3 ºC hace tan solo diez minutos, lo que está bastante lejos de la marcá que alcancé el año pasado cuando llegué a unos espectaculares 39.7 º C, que si hacemos caso a mi padre es mi mejor marca desde que me hice mayor, entiéndase por esto al menos en los últimos 20 años, pero que no deja de ser ligeramente molesto sobre todo si en este caso, a diferencia de otros años, la tripa también se ha revelado y parece más una lavadora que un órgano vital destinado a asimilar los alimentos.

Si admitimos como válida una horquilla temporal de tres o cuatro semanas, todos los años en las mismas fechas me pasa lo mismo, empiezo por encontrarme desganado y acabo con escalofríos y fiebre. El año pasado, como ya he dicho antes fué el día de mi cumpleaños, ocurrió con un poco de adelanto porque habitualmente la efeméride acaece la primera o la segunda semana de octubre. Este año sin embargo se ha adelantado bastante, nada más y nada menos que todo un mes, lo cual me sorprende bastante. Yo suelo ser bastante puntual. Normalmente, hasta ahora siempre, al día siguiente de la fiebre estoy totalmente repuesto y todo no pasa de ser algo meramente anecdótico, así que supongo que mañana estaré repuesto, pero este año, y aunque se que es de idiotas de nacimiento, me hacía ilusión superar la marca del año pasado. Por eso al ver los miserables 38.3 ºC me he sentido un poco decepcionado. Insisto en que ya se que es del genero tonto, pero ahora cuando termine volveré a ponerme el termómetro.

Soy tonto, como acabo de demostrar, pero no tanto como para no preguntarme porqué todos los años al finalizar el verano desemboco en la misma situación. Bien, auqnue no sea tan tonto como para no hacerme la pregunta anterior si que lo soy para ser capaz de encontrar una respuesta por lo que no puedo aportar mucha luz a la cuestión. Un amigo mío, aficionado al esoterísmo, me dice que la fiebre, que es un acto de purificación, es el preludio al renacimiento de mi cuerpo astral. Además debeo de ser muy afortunado porque este renacer astral ocurre más o menos al mismo tiempo que mi cumpleaños, o sea, mi nacer físico, lo cual debe de ser por algún motivo que no comprendo muy notorio. Como de todas las explicaciones que se me ocurren o que me han dado esta es la que más me gusta, por ahora me quedo con ella.

Voy a aprovechar que tengo la excusa de la fiebre, para reseñar un párrafo que leí en un libro hace cosa de un mes. (Supuestamente en el margen de la página figuran los libros que estoy leyendo, pero hace ya varios meses que no actualizo esas secciones y están terriblemente desfasadas, o mejor dicho ancladas en el pasado. También quiero cambiar algunos, o todos, los enlaces de la página pero... No se si alguna vez he comentado la pereza que me produce sentarme del ordenador a hacer algo que no esté relacionado con el trabajo).

Digo que aprovecho lo de la fiebre porque cada vez que reseño, que yo solo reseño (las conclusiones escatológicas son de otros) algún dato de este tipo me llueven palos por todos los sitios, tanto es así que ms amigas de vez en cuando me recriminan "que soy un poco machísta" lo cual creo yo, está bastante lejos de la realidad (Sin embargo el hecho de que ellas se comporten como una ñóñas, al parecer, no es relevante. Curioso). Teniendo en cuenta que la mayor parte del público que me atiende es femenino, y visto lo que dice la experiencia tengo miedo a las represalias... Por eso la excusa, ridícula, de la fiebre. Bueno, el caso es que el libro en cuestión es una introducción a la Gestalt escrita por un tal Serge Ginger, que debe de ser toda una eminencia en la materia, y prologada por Jorge Bucay, al que nunca he leído, del que no se nada pero que sin embargo aparece, o se me aparece, últimamente en todas partes. "El libro se llama Gestalt. El arte del contacto" y lo que me llamó poderosamente la atención fue que en no se que página, lo siento recuerdo más o menos el párrafo, pero no la página, y no tengo ganas de ponerme a rebuscar, afirma más o menos que (y es totalmente contrario al "talante" promovido por nuestro ínclito gobierno, lo que lo hace aún más divertido):

La naturaleza con las mujeres juega sobre seguro y con los hombres experimenta más mutaciones genéticas. La razón de que la naturaleza juege sobre seguro con las mujeres es que son fundamentales en la reproducción y la gestación y supone un riesgo muy elevado probar suerte, a ver que pasa. El hombre por el contrario, solo tiene que "disparar la escopeta", por lo que su papel es secundario. A fin de cuentas un chalado dispara la escopeta igual que un cuerdo y auqnue no fuese así un cuerdo puede disparar la escopeta muchas veces. El resultado de todo ello es que la incidencia del autísmo es muy superior en el hombre que en la mujer. Evidentemente, de la misma forma que la naturaleza se equivoca otras veces acierta y en vez de un autísta el resultado es un genio. La consecuencia final de todo ello es que la mayor parte de los genios son hombres y la mayor parte de las personas sensatas en el mundo son mujeres.

Cuando leí esto imaginé que el grado de incidencia del autísmo en el hombre frente a la mujer sería de un 20 o un 30 % superior y que no era suficiente para justificar una afirmación como la anterior, mi sorpresa fue mayúscula cuando mi hermana, que es médico, me confirmó que es del orden de un 400 o 500 %, así que si Gauss y compañía no se equivocaron en sus modelos matemáticos y la naturaleza sigue con su empeño de jugar a la simetría el número de genios entre los hombres debe de ser entre un 400 y un 500 % superior que entre las mujeres. Interesante ¿No? (Por favor nótese que se habla de genios y no de personas inteligentes, que no tienen por qué ser lo mismo).

Bueno, como se da la circunstacia de que más probablemente estoy entre el sesgo autísta que entre el sesgo normal y ciertamente muy lejos del sesgo genial me voy a ponerme el termómetro que por ahora me consuela y me alivia bastante.