233 Nada cambia

Desde los alto de estas pirámides 40 siglos os contemplan. Algo así debió de arengar Napoleón, que de estatura era más bien bajito, con lo que seguramente se acentuaría aún más el contraste con la mole piramidal, a sus soldados cuando recién llegados a Egitpo se disponían a darse de tortazos con el ejército de mamelucos del Sultán. Si las pirámides siguen hoy en Egipto y no están en el Louvre es porque no cupieron dentro de ningún barco y no pudieron ser "exportadas" a Europa.

Dos siglos después a mi hermana tampoco le han cabido las pirámides en ninguna maleta así que , muy a mi pesar, solo me las ha podido traer en foto. Hace 200 años un viajero llegado de Egipto al describir las pirámides seguramente hubiése tendio la sensación de que sus palabras, por muy bien escogidas que estubiésen, no bastaban para hacer sentir a sus oyentes la inmensidad de las pirámides. Hoy mi hermana insiste en que a pesar de verlas en fotografías no puedo llegar comprender lo extraordinario que hay en ellas. No parece que, en lo esencial, esto es la capacidad para sentir, comprender, hacer sentir y hacer comprender, hayan cambiado mucho los tiempos.

Y en lo más esencial tampo: Como dice el refrán "El caballo, ande o no ande, que sea grande" No gustan las cosas grandes, ya sean pirámides, si eres un poderoso faraón, o las tetas, por ejemplo, si eres un común mortal con posibilidades limitadas, auqnue eso si mucha imaginación, para satisfacer apetitos y curiosidades.

144 Talante

He leído un comentario de Goethe que me ha llamdo mucho la atención por el paralelísmo que encuentro con la situación política española actual. Decía Goethe hace ya unos cuantos años...

"Durante un espacio de tiempo de treinta años los alemanes no deberían pronunciar la palabra talante, de ese modo se iría engendrando de nuevo el talante; ahora este significa tan solo indulgencia con las debilidades, tanto para con las propias como para con las ajenas"


Y yo me pregunto sin no vamos nosotros por el mismo camino...

89 Mamma mia let me go


¿Has saltado alguna vez encima de la cama escuchando música?

55 Desazón laboral ocasional

De vez en cuando tengo la sensación un tanto desazonadora de que solo trabajo en cosas de juguete. Normalmente yo no tengo trabajo, en el sentido convencional del término, así que lo que hago es inventármelo. Una vez inventado busco primero a quién le puede gustar y segundo como financiarlo (resulta que trabajar cuesta dinero). La desazón surge cuando contemplo todo el proceso, los errores, los trompicones y los resultados y resulta que lo que veo no me termina de convencerme. Me veo a mi mismo como un niño jugando, nada más que eso.

Una amiga me escribe en respuesta a mi desazón que no hay trabajos grandes o pequeños, solo trabajos que te dejan tiempo libre para vivir la vida. No es que esté muy de acuerdo con eso. Resulta que yo abandoné la senda convenicional, esto es un sueldo todos los meses, y bastante alto por ciero, y un jefe que siempre quiere las cosas para ayer, porque sentía que en el trabajo no hacía más que perder el tiempo y creía, y sigo creyendo (¿Estúpidamente?), que el trabajo no tiene por qué ser solo un medio para ganarse la vida. Pero claro, resulta que el desazonado ocasional soy yo y no ella. Y no es que no disfrute, que me lo paso como un enano, es que... no sé, falta algo.

34 Dos minutos sin encontrarme a mi mismo

Esta mañana estaba rellenado el formulario de entrada a una base de datos de una compañía fabricante de seminconductores para poder acceder a la documentación de unos transistores que... bla, bla, bla. El caso es que al seleccionar el país el menú desplegable del formulario he estado, durante dos minutos, buscando el país... ¡Pepe! Si, si ¡Qué coño España! ¡Pepe! Durante dos minutos he tenido el convencimiento absoluto, inconscientemente muy arragaido sospecho, de que yo era el país, que había un país con mi nobre en el que yo sería el rey, en el que los billetes tendrían mi cara grabada en ellos, y en el que, ya puestos, si se puede pedir... ¿Las mujeres caen rendidas en mis brazos?. Dos minutos buscando entre Paraguay y Perú. Dos minutos desconcertado por no encontrar Pepe allí dónde yo esperaba hallarlo. Dos minutos sin encontrarme a mi mismo.

21 Luz



Este es mi bonsai, compartimos esta ventana...

El bonsai busca la luz, las ramas del lado de la ventana están mucho más desarrolladas que las del otro lado. No lo cuido mucho, tan solo le hecho agua cuando veo que está muy seco. No lo he podado nunca, no sé cómo hacerlo y auqnue no se lo he preguntado tengo la impresión de que no tiene muchas ganas de que lo haga. No sé desde cuando lo tengo. Compartimos la ventana desde hace unos 3 años, pero entró en casa hace ya más de 15, mi memoria recurre más a la fantasía y a la ilusión que a hechos ciertos al recordar aquel día.

Me llamó la atención observar que el bonsai buscaba la luz. Desde luego es lo más natural del mundo que un árbol busque la luz, y también debe de ser muy natural que los días que salgo de casa con prisas, sin hacer la habitación y ¡Sin levantar la persiana! El bonsai se acuerde de toda mi famila, pero no por ello dejó de sorprenderme el hecho de que el árbol se orientase en busca de la luz. Yo también lo hago, necesito la luz. Al darme cuenta de ello me acordé de un aforismo de Italo Calvino que dice:

BUSCAR Y SABER QUIEN Y QUE, EN MEDIO DEL INFIERNO NO ES INFIERNO, Y HACER QUE DURE Y DEJARLE ESPACIO

Debería de subir más la persiana.