55 Desazón laboral ocasional

De vez en cuando tengo la sensación un tanto desazonadora de que solo trabajo en cosas de juguete. Normalmente yo no tengo trabajo, en el sentido convencional del término, así que lo que hago es inventármelo. Una vez inventado busco primero a quién le puede gustar y segundo como financiarlo (resulta que trabajar cuesta dinero). La desazón surge cuando contemplo todo el proceso, los errores, los trompicones y los resultados y resulta que lo que veo no me termina de convencerme. Me veo a mi mismo como un niño jugando, nada más que eso.

Una amiga me escribe en respuesta a mi desazón que no hay trabajos grandes o pequeños, solo trabajos que te dejan tiempo libre para vivir la vida. No es que esté muy de acuerdo con eso. Resulta que yo abandoné la senda convenicional, esto es un sueldo todos los meses, y bastante alto por ciero, y un jefe que siempre quiere las cosas para ayer, porque sentía que en el trabajo no hacía más que perder el tiempo y creía, y sigo creyendo (¿Estúpidamente?), que el trabajo no tiene por qué ser solo un medio para ganarse la vida. Pero claro, resulta que el desazonado ocasional soy yo y no ella. Y no es que no disfrute, que me lo paso como un enano, es que... no sé, falta algo.