pepe dixit

25 febrero, 2006

233 Nada cambia
















Desde los alto de estas pirámides 40 siglos os contemplan. Algo así debió de arengar Napoleón, que de estatura era más bien bajito, con lo que seguramente se acentuaría aún más el contraste con la mole piramidal, a sus soldados cuando recién llegados a Egitpo se disponían a darse de tortazos con el ejército de mamelucos del Sultán. Si las pirámides siguen hoy en Egipto y no están en el Louvre es porque no cupieron dentro de ningún barco y no pudieron ser "exportadas" a Europa.

Dos siglos después a mi hermana tampoco le han cabido las pirámides en ninguna maleta así que , muy a mi pesar, solo me las ha podido traer en foto. Hace 200 años un viajero llegado de Egipto al describir las pirámides seguramente hubiése tendio la sensación de que sus palabras, por muy bien escogidas que estubiésen, no bastaban para hacer sentir a sus oyentes la inmensidad de las pirámides. Hoy mi hermana insiste en que a pesar de verlas en fotografías no puedo llegar comprender lo extraordinario que hay en ellas. No parece que, en lo esencial, esto es la capacidad para sentir, comprender, hacer sentir y hacer comprender, hayan cambiado mucho los tiempos.

Y en lo más esencial tampo: Como dice el refrán "El caballo, ande o no ande, que sea grande" No gustan las cosas grandes, ya sean pirámides, si eres un poderoso faraón, o las tetas, por ejemplo, si eres un común mortal con posibilidades limitadas, auqnue eso si mucha imaginación, para satisfacer apetitos y curiosidades.