514283 El código
Con el estreno de la película del Código da Vinci vuelven a aparecer en la televisón, en la radio y en los periódicos, como ya sucedió en su momento, defensores y detractores de la novela y ahora también de la película. Se vuelve a hablar de sus intenciones, de su calidad, de su conveniencia, de su certeza, de su honestidad y del dinero que ha generado y del probablemente generará. He observado que todos los que opinan pueden agruparse en dos conjuntos disjuntos, porque normalmente o les preocupa una cosa, o les preocupa la otra, pero no las dos simultáneamente: Los que critican la calidad literaria de la novela y de la película y los que repudian las insinuaciones y la interpretación histórica que ofrece el autor en el libro y en la película. Después de haber visto este fin de semana la película y haber leído hace ya un tiempo el libro puedo afirmar tres cosas: La película es un bodrío, el libro es extraordinario y no entiendo el porqué de tanto trajín con la versión de la historia insinuada por el libro.
He dicho que es un libro extraordinario, no que sea un buen libro. Buen libro no lo es: El argumento es muy forzado y demasiado efectista, el desarrollo de la trama es más que previsible, sin complicaciones ni adornos, los personajes son ramplones y carecen de matices, la prosa es simple y rudimentaria y en su conjunto el libro formalmente presenta formas propias de una narración visual con lo que difilmente puede ser calificado como literatura. De eso me doy cuenta yo y cualqueira que lea el libro con un espíritu medianamente crítico. Sin embargo de lo que casi nadie se da cuenta es de que es un libro extraordinario por la sencilla razón de que cumple impecablemente aquello para lo que fue concebido: Entretiene, da de que hablar y se ha vendido como churros, que es el fin último. Porque el libro no pretende otra cosa, de eso también me doy cuenta yo y cualqueira que lea el libro y suela utilizar la cabeza para pensar. No será una obra maestra de la literatura sin embargo es una obra maestra del entretenimiento ¿Qué tiene más valor? Porque no debe de ser fácil hacerlo, la película que parte de las mismas premisas, e incluso tiene el campo abonado por la aprición previa del libro, y tiene los mismos objetivos es una autentica porquería. A todos los deméritos artísticos que tiene el libro une el del aburrimiento y eso no permite que haya posbilidad de redención alguna.
He dicho que es un libro extraordinario, no que sea un buen libro. Buen libro no lo es: El argumento es muy forzado y demasiado efectista, el desarrollo de la trama es más que previsible, sin complicaciones ni adornos, los personajes son ramplones y carecen de matices, la prosa es simple y rudimentaria y en su conjunto el libro formalmente presenta formas propias de una narración visual con lo que difilmente puede ser calificado como literatura. De eso me doy cuenta yo y cualqueira que lea el libro con un espíritu medianamente crítico. Sin embargo de lo que casi nadie se da cuenta es de que es un libro extraordinario por la sencilla razón de que cumple impecablemente aquello para lo que fue concebido: Entretiene, da de que hablar y se ha vendido como churros, que es el fin último. Porque el libro no pretende otra cosa, de eso también me doy cuenta yo y cualqueira que lea el libro y suela utilizar la cabeza para pensar. No será una obra maestra de la literatura sin embargo es una obra maestra del entretenimiento ¿Qué tiene más valor? Porque no debe de ser fácil hacerlo, la película que parte de las mismas premisas, e incluso tiene el campo abonado por la aprición previa del libro, y tiene los mismos objetivos es una autentica porquería. A todos los deméritos artísticos que tiene el libro une el del aburrimiento y eso no permite que haya posbilidad de redención alguna.
Que se produzcan discusiones, y se hayan dedicado programas de televisión a discutir ese punto, acerca de si la tésis presentada por el libro es cierta o falsa me causa la misma sorpresa que el hecho de que los programas de cotilleo, en los que se destripa la vida y obra del famosete de turno, tengan una audiencia superior a cero, y mi reacción es exactamente la misma en los dos casos ¿Y a mi que me importa la vida privada de ese señor? Es más en el caso de los programas de cotilleo todavía entendería que alguien del género masculino, si fuese mujer y lesbiana también sería válido, lo viese si el progrmama versase sobre que a fulanita, que está cañón, la han pillado como dios la trajo al mundo en culaquier playa remota, a fin de cuentas, en ese caso, sería el instinto de conservación de la especie y no la ausencia de actividad neuronal lo que impulsaría a perder el tiempo con semejante chorrada, pero con lo otro ¿Qué interés tiene?