Hace un tiempo que llegué, llegamos, a la conclusión de que Carlitos era mi némesis. No recuerdo muy bien cómo empezó todo, pero el tiempo y los hechos han ido confirmando poco a poco lo que en principio no era más que una hipótesis sobre la cual delirar, como otras tantas invenciones que surgen en ocasiones, cuando uno de los dos está aburrido y empieza a decir ¿tonterías?
El planteamiento de la figura del némesis empezó como una burla, mia hacia su "puto" blog y suya hacia mis delirios mentales (los cuales han acabado cuajando en este blog). Esta únicamente tenía lugar cuando quedábamos para desayunar o cuando yo, sin ganas de trabajar, me pasaba a media mañana por su estudio para irnos a almorzar a cualquiera de los bares que hay por allí cerca. Ventajas de trabajar en el centro. Sin emabargo la burla, que sigue siéndolo, comenzó a tomar proporciones y dimensiones reales una tarde, o una mañana, no se cuando fué, en la que lleno de satisfacción proclamé un triunfal ¡Ya funciona! al creer que por fin había conseguido encontrar la solución a un problema de control con el que llevábamos tiempo trabajando. Mi alegría no tuvo por respuesta mas que una mirada de soslayo y un sarcástico "No se cuántas veces te he oído decirlo. Volverá a fallar" Cosa que, ante mi estupor, efectivamente ocurrió. Como consecuencia de esto durante un par de de meses cada vez que yo creía que tenía el problema resuelto le llamaba por teléfono solo para decirle "Ya funciona" y acto seguido comprobaba si efectivamente el sistema seguía comportándose de la forma esperada. Nunca lo hizo. Finalmente, aunque no conseguimos el proyecto, el sistema no acabó de funcionar, terminé encontrando la causa de todos mis males y conociendo cuál era el motivo de todos los problemas que tuvímos. De todo aquello quedó el recuerdo de dos meses de trabajo frenético y la certeza de que por algún misterioso devenir kármico el mariconazo de él tiene la capacidad de arruinar todos mis planes.
Hace cosa de un par de meses surgió la oportunidad de aprovechar todo aquel trabajo en un nuevo proyecto. Desde entonces he rediseñado parcialmente el sistema y he corregido la totalidad de los algoritmos de control con la convicción de que esta vez el sistema acabaría funcionando correctamente. Terminé el trabajo de desarrollo el lunes de esta semana y ayer después de dos días de pruebas y más pruebas sin ninguna incidencia cuando hablamos por teléfono a media mañana se me ocurrió comentarle que "¿Sabes que ya funciona?" a lo que él respondió "¿El qué? ¡Ah...! ¿Estas seguro?" Bien... desde ayer por la tarde el sistema se ha estado comportando de una forma que en teoría no debiera hacer y que deja bién claro que sigue habiéndo alguna laguna en todo el desarrollo.
Por fin creo haber encontrado la causa de los problemas, esta vez mucho más sencilla que la anterior. "Eso dices siempre" me recuerda Carlos.